Alójese en una habitación acogedora y amplia, bajo magníficas vigas vistas y en un entorno de colores cálidos, para disfrutar de unas horas de tranquilidad al margen de la efervescencia de una capital con múltiples ofertas culturales y de ocio. Mientras su mano acaricia el entelado de las paredes, asómese a la ventana para contemplar el espectáculo de la calle o el atractivo de los jardines colgantes. Los colores cálidos crean un refugio confortable y original. Para completar la ideal sensación de bienestar, nada mejor que experimentar el placer de tomar un baño o una ducha reparadores.